Trabajo en equipo. El mundo actual requiere de una comunicación horizontal tal que puedas responder de forma pragmática. Para ello es vital el trabajo en equipo, pues hoy en día muchas actividades se realizan en grupos con especialistas de diversas áreas para conseguir productos mejor enfocados.
2.- Uso de tecnologías. El uso de las nuevas tecnologías es vital, más aún si se trata de trabajos relacionados con ellas. Sin embargo, los puestos más alejados de este ámbito, exigen que el usuario promedio tenga habilidad en el uso de computadoras, redes sociales y smartphones.
3.- Proactividad. El mundo tan sobrepoblado de hoy implica que muchas personas cumplan con el perfil profesional para un mismo puesto. Entonces, ¿qué te diferencia de otros? Ese plus es tu proactividad. Que no esperes a que te digan qué hacer, que des más de lo esperado e incluso que propongas nuevos métodos.
4.- Trabajo bajo presión. Más que nunca la presión es parte fundamental de la vida. Sin embargo, vivir bajo presión no significa que sepas trabajar así. A esta cualidad debes sumar el hecho de operar por metas, bajo horarios u objetivos inesperados, con organización y, por supuesto, con control de tus emociones.
5.- Capacidad de resolver conflictos. Si se presenta una situación ante la cual no existen protocolos concretos sobre cómo actuar o si hay conflictos entre subordinados con clientes, incluso entre tú y algún compañero, es importante que cuentes con esta habilidad. Saber resolver problemas sin necesidad de ayuda significa una gran ventaja para las empresas.
6.- Toma de decisiones. Va relacionada con la anterior, pero no se trata de responder únicamente a conflictos, sino a situaciones cotidianas. Es vital que tengas la capacidad de actuar en cada caso, sobre todo si es tu área de responsabilidad pues podrías causar grandes atrasos si dependes de una solución de tus jefes o si detienes el proceso productivo por no saber responder.
7.- Creatividad. No es lo mismo saber responder a las necesidades de tus clientes o tus jefes que hacerlo de forma novedosa. Muchas veces el proceso establecido es poco efectivo, pero tanto unos como otros lo aceptan porque «no hay de otra». Si tienes creatividad deslumbrarás con resoluciones originales.
8.- Orientación a resultados. Es bueno que tengas creatividad para sortear las situaciones diarias, pero también es muy importante que tengas bien clara su finalidad. De nada servirá un derroche de energía proactiva o de creación de métodos ingeniosos si no te acercan a los objetivos de la empresa.
9.- Comunicación efectiva. Escuchar a los demás y poder comunicar ideas claramente beneficiará a tu empresa como líder, pero también como subordinado, pues será más fácil compartir las necesidades de tu área de trabajo a tus jefes inmediatos. El personal más expresivo es también más productivo, seguro de sí y eficaz.
10.- Adaptación al cambio. Siempre va a haber novedades que superen lo esperado. Y es que las empresas son tan cambiantes como lo pueden ser las necesidades del mercado. Por eso, es necesario que sepas adaptarte y que esto no haga a tu empleo algo conflictivo o incómodo para ti ni para tu relación con los demás.